Baklavá
Pasaron varias semanas desde mi último post y a decir verdad, extrañé mucho compartir las recetas con ustedes. Por causas de fuerza mayor me encontré fuera de la cocina por una larga temporada, pero aquí estoy de vuelta, nada más y nada menos que con la receta del manjar de los dioses: el baklavá.
La historia de este dulce nace en la antigua Mesopotamia, aunque se cree que fueron los asirios que allá por el siglo VII a.C., horneaban finas láminas de pan con nueces y miel. Lo hacían sólo para las ocasiones especiales y era un postre para las clases acomodadas. Los mercaderes y marinos griegos descubrieron la delicia del Baklavá que pronto llevaron a sus tierras. Pero más allá quién lo inventó, si bien el concepto de baklavá es uno solo, las variantes no sólo dependen del país sino también de la región, pueblo y por qué no, el cocinero.
La receta que comparto con ustedes hoy es de mi abuela espartana y a decir verdad es el más rico que probé: sin almendras, sin pistachos y sin ningún tipo de decoración (como, por ejemplo, pistachos molidos). Ustedes pueden agregarle frutos secos a gusto e incluso cambiar su forma, pero si este es su primer encuentro con la masa filo y con el baklavá, les recomiendo que sigan los pasos a continuación, porque si son dulceros, no se van a arrepentir....
Me olvidaba: los fóbicos a las especias, ¡absténganse! Este postre o dulce para el café, lleva canela y clavo de olor.
A- Paciencia
B- 750 gramos de masa filo
C- 300 gramos de nueces
D- 3 cucharadas de azúcar común (puede ser un poco más, según su gusto)
E- 3 cucharadas de pan rallado
F- 2 unidades de clavo de olor (rallado)
G- 1 cucharada de canela
H- Manteca derretida - cantidad necesaria
PREPARACIÓN:
PRIMER PASO: Mezclamos en un bowl las nueces, canela, pan rallado, clavo de olor y el azúcar.
SEGUNDO PASO: Derretimos la manteca y pincelamos la superficie de la asadera donde vamos a hornear el postre.
TERCER PASO: Cuidadosamente, colocamos una hoja de masa filo sobre la asadera enmantecada, teniendo cuidado de no formar arrugas.
CUARTO PASO: Pincelamos la masa filo con manteca y volvemos a poner otra hoja de masa.
QUINTO PASO: Repetimos el cuarto paso tres veces más, habiendo puesto entonces 5 hojas de masa filo. Pincelamos con manteca la última hoja que colocamos.
SEXTO PASO: Esparcimos la mitad del relleno sobre la masa enmantecada. La idea es que no queden espacios sin nuez: todo debe estar cubierto.
SÉPTIMO PASO: Colocamos una hoja de masa filo sobre las nueces y enmantecamos. Repetimos esta acción dos veces más.
OCTAVO PASO: Colocamos lo que nos quedó de la mezcla de nueces sobre esta última capa de masa filo colocada y repetimos el séptimo paso una vez más, para tener unas 3 o 4 capas en la parte de arriba.
NOVENO PASO: Con un cuchillo cortamos franjas verticales de la preparación (el ancho es a piacere).
DÉCIMO PASO: Ahora cortamos franjas horizontales del mismo ancho que las franjas verticales.
DECIMOPRIMER PASO: Cada cuadrado que nos quedó cortado, lo dividimos al medio en sentido diagonal, con el fin de obtener triángulos. Colocamos una lámina más de masa filo, sin cortar sobre las masas marcadas.
DECIMOSEGUNDO PASO: Llevamos a horno precalentado (bien caliente para que no se pegue) hasta que la masa se vea dorada . Sacamos la hoja de masa filo sin cortar (la tiramos o la comemos).
DECIMOTERCER PASO: Cuando el baklavá sigue caliente, volcamos el almíbar frío (o baklavá frío y almíbar caliente (para que absorba: si están los dos fríos o los dos calientes, no absorbe). Debemos asegurarnos de que quede empapado y que las capas de arriba queden húmedas brillantes. La receta para el almíbar la encontramos más abajo.
DECIMOCUARTO PASO: Nos hacemos un café, nos servimos una porción y nos preguntamos: ¡¿quién inventó esta delicia?!
RECETA PARA EL ALMÍBAR:
INGREDIENTES:
A- Paciencia
B- 1kg de azúcar
C- 300-400 cc de agua
PREPARACIÓN:
PRIMER PASO: En una cacerola calentamos agua y azúcar hasta romper hervor.
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