Créme Brûlée de chocolate con leche


Hace ya casi un año, en NYC, hice un curso de postres para celíacos donde descubrí uno que me encantó. Ya había comido Créme Brûlée una vez y me había encantado, pero era la original, la de vainilla. En el curso en cuestión hicimos una de chocolate y cardamomo y yo, un poco escéptica al leer que la receta llevaba, además, pimienta, lo probé con desconfianza. ¿Por qué? ¡Una delicia! Un sabor fino, suave, tan pero tan rico que me lo hacía imposible de replicar en mi casa...hasta que lo intenté y la verdad es que fue un éxito. Lo mejor de todo es que es muy fácil de hacer. Como siempre, lo más difícil es tener paciencia.

En cuanto al rinde, la receta dice que es para 12 ramekins, pero más bien de los altitos que se pueden usar también para soufflé. Yo hice media receta con los ramekins más bajos y me salieron 9, tengo créme brûlée para tirar al techo.

Por último, entiendo que este postre delicioso se come frío. A mí, y es personal, me gusta a temperatura ambiente. Por eso los saco de la heladera un poco antes para que no estén tan helados, pero eso es tan personal como comer helado con papas fritas.

INGREDIENTES:
A- Paciencia
B- 950ml de crema de leche
C- 12 yemas (son muchas, pero este postre vale la pena)
D- 3/4 tazas de azúcar común
E- 1 vaina de vainilla o 1 cdta de esencia de vainilla
F- 1/2 cdta de pimienta negra
G- 1/4 cdta de canela
H- 1/4 cdta de cardamomo (yo no conseguí así que lo hice sin)
I- 2 tazas de chocolate con leche en piezas, derretidas (336 gramos para ser exactos) Yo usé Nestlé.
J- 1 taza de azúcar común para el caramelo


PREPARACIÓN:

PRIMER PASO: Separamos las yemas de las claras y si les es fácil le sacamos a las yemas las `nubecitas´ blancas. Las ponemos en un bowl y les rompemos la liga con un tenedor.


SEGUNDO PASO: Cortamos el chocolate en trozos pequeños y lo ponemos en un bowl para derretir a baño María. Ojo que no se les queme. ¡Hola! Saludos desde la foto.




TERCER PASO: En una cacerola ponemos la leche, el azúcar, las semillas de vainilla y su vaina, la pimienta, la canela y el cardamomo.  Revolvemos con un tenedor o batidor de mano y llevamos a fuego hasta que tome temperatura y empecemos a ver burbujitas en los costados.


CUARTO PASO: Templamos las yemas volcando sólo una parte pequeña de la preparación de crema (digamos 1/3) y revolviendo sin parar. Así evitaremos que nos queden grumos de huevo cocido. Una vez templado agregamos toda la crema


QUINTO PASO: Agregamos el chocolate derretido y revolvemos hasta haber integrado todo el chocolate. Ojo, no batan súper enérgicamente, ya que la idea es que no queden muchas burbujas. Las mías desaparecieron al toque pero antes de llevar el postre al horno deben eliminarlas ya sea con un soplete o con lo que se les ocurra.



SEXTO PASO: Colamos la preparación en un colador de malla fina.



SÉPTIMO PASO: Llenamos las ramekins con un cucharón casi hasta el borde y llenamos la fuente de agua con cuidado de no mojar el postre y de que no se vierta agua dentro. Yo puse, además, una toalla de algodón al fondo. Llevamos a horno precalentado a 160 grados Celsius por unos 35 minutos (según la capacidad del ramekin). Los grandes van por una hora casi, hasta que al tocarlos se vean firmes y lisos. No deben hervir.


OCTAVO PASO: Dejamos enfriar fuera del horno y cuando estén fríos los llevamos a la heladera unas 4 horas (pueden ser días también).

ANTES DE SERVIR: Esparcimos parejamente un poco de azúcar sobre el postre y flambeamos hasta convertir el azúcar en caramelo. Repetimos una vez más con cuidado de no quemar demasiado el azúcar y que el caramelo quede amargo. Servimos inmediatamente.

¡Listo! Más fácil y rico, imposible.

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